18/3/14

Miedos infantiles

La mayoría de los miedos que se sufren en la infancia suelen ser inducidos por el ambiente externo que resulta desconocido o bien por una mala experiencia vivida en el hogar. Existen miedos "normales" que forman parte del desarrollo emocional del niño, es importante que estos miedos no se repriman ni se minimicen pues solo harán que empeore.

Edades Miedos
0 a 1añoLlanto ante estímulos desconocidos 
2 a 4 añosTemor a los animales
4 a 6 añosTemor a la oscuridad a las catástrofes, y a los seres imaginarios (monstruos y fantasmas)
6 a 9 años Temor al daño físico o al ridículo por la ausencia de habilidades escolares y deportivas
9 a 12 años Miedo a los incendios, accidentes, a contraer enfermedades graves. Aparecen temor a conflictos graves entre los padres o al mal rendimiento escolar.
12 a 18 años Temores relacionados con la autoestima personal (capacidad intelectual, aspecto físico, temor al fracaso) y con las relaciones sociales.

Lo habitual es que vayan desapareciendo a medida que el niño crece, es un proceso evolutivo ya que contiene un alto valor adaptativo. A pesar de ésto existen algunos factores externos que alientan a que surja un miedo por ejemplo los patrones familiares, es decir, cuando los padres transmiten su miedo a los hijos en situaciones que no denotan peligro. Otro de ellos es la información negativa, esto es, cuando una información se da de manera exagerada y crea una percepción turbia. Existe también el de aprendizaje directo, cuando una experiencia ha causado el temor.
Dicho ésto, podemos tener una perspectiva mas abierta del miedo de nuestro hijo, pero ¿Cómo ayudarlos a superarlo?

  1. Analizar el tipo de miedo.
  2. NUNCA negar el miedo. No podemos poner en duda su sentimiento, no se debe minimizar aunque para nosotros no signifique nada.
  3. Empatizar y dar seguridad.                                                                                                                  -"Tienes miedo al perro porque la otra ves..." Y narramos la historia.
Nuestra compañía y actitud que tomemos a la hora de ayudarlos les dará confianza para poder superarlo de manera saludable. Tengamos en cuenta que muchas veces lo que hacemos es crear otro un segundo miedo, por ejemplo "No debes tener miedo, es una tontería, tan solo es un payaso, no seas ridículo" Ahora no sólo le tiene miedo al payaso, sino también tendrá cuidado de "no tener miedo" frente a nosotros, de "ser fuerte" y ese es un temor a las aprobaciones de sus padres.
Tampoco debemos utilizar historias como "Si te portas mal, el ropavejero vendrá por ti" sólo para lograr obediencia. 
Los niños necesitan ser escuchados y comprendidos, es en los momentos difíciles donde forjamos la confianza pa/madre-hijo, es en nosotros donde serán contenidos en sus debilidades, reforcemos esta seguridad. No se trata de endurecer su corazón sino de acompañarlos con empatía, respeto, paciencia y mucho amor. Nadie quiere hijos indiferentes a la existencia del otro, entonces no seamos así con ellos. 


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