5/3/14

El conflicto de las Etiquetas.

Peggy O´Mara dijo: "La forma en que hablamos a nuestros hijos se convierte en su voz interior" con esto estoy totalmente de acuerdo y también creo que la forma en que nos referimos, tiene peso sobre ellos. Como padres, tenemos poder en relación a la forma en que ellos se verán a sí mismos durante toda su vida. Si entendemos esto como la gran responsabilidad que conlleva, podremos despojarnos de etiquetar a los niños.Esta pésima costumbre de decir lo que nuestros hijos "Son" dependiendo de cada situación. ¿Por qué no arriesgamos tanto a que caiga en nuestros hijos el peso de nuestras palabras? Estamos cortando su potencial cada vez que los tachamos de llorones, envidiosos, flojos, malcriados, etc. ellos llegan a creer que lo que estamos diciéndoles es lo que de verdad son. 

"El etiquetar a un/a niño/a, le va a llevar a comportarse según los dictámenes de esa etiqueta que va a terminar asumiendo, pero no sólo eso, sino que además, el resto de adultos y niñ@s que vayan conociéndole y sepan de la existencia de esa “etiqueta”, serán susceptibles de caer en el sesgo de observar únicamente, los comportamientos que éste emita y que sean descriptivos de ella.Sin embargo  las etiquetas positivas, es decir, aquellas que aprueban en demasía algún aspecto, habilidad o conducta del niño/a, también pueden afectarle, pues el otorgarle una etiqueta positiva puede resultar un “arma de doble filo”, ya que podrían darse situaciones ante las cuales el niñ@ no pudiera responder según las exigencias de esa etiqueta que le ha sido asignada, llegando a experimentar incluso miedo a no estar a la altura de lo que se espera,  lo que puede ocasionarle también estrés y ansiedad, viéndose afectada,en consencuencia, su autoestima. Dentro de este tipo de etiquetas positivas, podríamos mencionar ejemplos  como “ eres el / la mejor”; “siempre sacas sobresalientes”; “nunca fallas en nada”; etc."

Tomemos conciencia, los niños son seres que están en constante aprendizaje, sobre todo de nosotros sus padres, no dañemos su alma inocente catalogando negativamente su sentir. 
Su hijo no es un llorón, no es flojo, no es envidioso ni malcriado. Su hijo es un niño, con todo lo que eso implica, y está viviendo sus etapas, dejelo vivirlas tranquilamente y respetandolo.
Su hijo es un ser con un alma limpia, no la contamine. Deje que él aprenda y construya su propia personalidad. Guíelo. Ayudelo a sacar su potencial sembrando en él seguridad, confianza y una sana autoestima.
Acéptelo en sus momentos difíciles, así como le gustaría que lo hicieran con usted. Sea cuidadoso con sus palabras (aún cuando él no esté presente) y por el bien de su hijo no lo etiquete. Ah y por favor, tampoco lo haga con el mio.



2 comentarios:

  1. Me gusta la información que publicas, voy a utilizarla para realizar una escuela para padres con mi grupo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un placer que la información vuele por todas las familias! Abrazos!

      Eliminar