7/5/14

Rechazo de un solo Pecho

Los bebés, mayormente ocurre con los recién nacidos, suelen pasar por una etapa en que prefieren un seno al otro. Es posible que notes que tu bebé se impacienta, aleja la boquita, o simplemente se niega a aceptar uno de tus pechos.  

Lo fundamental es analizar qué es lo que puede estar provocando el rechazo para poder resolverlo.

Las posibles causas son las siguientes:
  • El flujo de la leche es más lento en un pecho que en el otro,
  • La producción de la leche es menor en uno de los dos,
  • El pezón de un pecho es más grande que en el otro ,
  •  Porque al bebé le duele un oído y no le gusta estar acostado de ese lado.
  • Por la vacuna y el brazo esta sensible.
  • Congestión nasal,
  • Problema en la alineación de las vértebras del cuello,
  • Puede haber habido una "mala" postura en el útero y necesitar unos días para que los músculos del cuello se relajen,
  • En raras ocasiones tumor en el pecho rechazado.
  • O simplemente no le gusta estar de ese lado.


La actitud de la madre ante esta situación es fundamental para dar con la solución. La calma, reflexión y comprensión son cualidades esenciales para el buen desarrollo de la lactancia.

Posibles soluciones:
  • Debes intentar motivarlo con delicadeza y persistencia a que agarre el pecho que menos le gusta ofreciéndoselo siempre primero, cuando sabes que tiene hambre, cuando esta adormitado o cuando se acabe de levantar.
  • Prepárate con anticipación masajeándote el pecho y colocando compresas de agua tibia y al bebé báñalo con una relajante de agua tibia.
  • Intenta posiciones de lactancia diferentes.
  • Cuando el reflejo de expulsión es muy fuerte, deja que salga el golpe inicial de leche y colócalo al pecho, otra opción es retirar al bebé cuando se produce la subida, (o estimular antes de poner al bebé). Utilizar posturas desde arriba (que la boca y la garganta del bebé estén por encima del pezón).
  • Cuando la eyección de la leche es retardada puedes estimular el pecho antes de poner al bebé para que la leche tarde menos en salir.
  • Dar pecho en movimiento, bien sea caminando o en una mecedora.
  • Colocar unas gotas de leche en el pezón.
  •  Para la congestión nasal puede dar el pecho con el bebé erguido.
  • Si el bebé rechaza el pecho completamente la madre debe sacarse la leche y dársela al bebé.


Si no logras hacer que tu pequeño mame por igual de los dos lados, tendrás que estimular tu producción de leche vaciándote el pecho rechazado, al final de cada toma hasta que logres volver a hacer que el bebé agarre ese lado.
La última opción es amamantar al bebé con un solo pecho (tu cuerpo producirá lo suficiente para nutrir adecuadamente a tu bebé). Esto provocará una asimetría mamaria, con una mama más grande que la otra, lo que será exclusivamente un problema estético, superado por los beneficios de la lactancia para tu hijo.



Autor: Joanna Vasquez
Fuentes: Lactancia Multiples, Alba Lactancia Materna 

2/5/14

La "nalgada" como sistema de educación.

MÉXICO ES UN PAÍS EN EL QUE EL MALTRATO A MENORES Y LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR SON COMUNES. EL FONDO DE NACIONES UNIDAS PARA LA INFANCIA UNICEF HA REPORTADO QUE EN NUESTRO PAÍS 6 DE CADA 10 NIÑOS SUFREN ALGÚN TIPO DE AGRESIÓN EN CASA.

Alberto es un hombre que mide 1.82 metros, debe pesar más de 80 kilos, en las reuniones siempre es amable y baila fantástico. Tiene un posgrado en administración de negocios y hace yoga tres veces a la semana. Nunca levanta la voz cuando hay debates arduos entre los amigos. Cualquiera lo describiría como un hombre apacible y controlado. 
Sebastián, su hijo, está por cumplir siete años. Es más pequeño que los niños de su edad, muy delgado, pero con una energía que lo mantiene en actividad hasta diez horas sin descanso. Una tarde, Sebastián jugaba en el patio común con amigos y derrapó en el lodo con el uniforme de deportes que tenía que usar para ir a la escuela al día siguiente. Su madre enfureció y lo regañó frente a los vecinos con quienes echaba la cascarita. Sebastián respondía a su madre con gritos. 
Cuando Alberto llegó a la casa la discusión entre la madre y el hijo se hacía cada vez más estridente. Alberto tomó a Sebastián del brazo y le acomodó tres nalgadas que no sólo silenciaron al niño, sino que lo dejaron adolorido por un par de horas. Para Alberto las nalgadas no son golpes y asegura que son una medida extrema a la que todo padre tiene derecho cuando el hijo le falta al respeto. Sin embargo cuando le pregunté qué tan seguido Sebastián merece una nalgada, respondió que al menos dos veces por semana se ve “obligado” a corregirlo de esa manera.



¿Quién de nosotros no ha presenciado más de una vez la escena de una madre o un padre de familia surtiendo de nalgadas a su hijo por alguna mala conducta? ¿Quién no ha escuchado decir que una nalgada a tiempo endereza el rumbo de la criatura? 
Las reacciones sociales contra la tortura y la indignación contra la violencia en muchos casos resultan inversamente proporcionales con la tolerancia que aflora cuando se trata de corrección de conductas de menores. Para muchas familias, las nalgadas, “cinturonazos” o agresiones verbales son inevitables herramientas para la formación. 

México es un país en el que el maltrato a menores y la violencia intrafamiliar son comunes. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia UNICEF ha reportado que en nuestro país 6 de cada 10 niños sufren algún tipo de agresión en casa (golpes, insultos, humillaciones, abandono); 10% algún tipo de agresión física en la escuela; 5.5% violencia sexual; 16.6% violencia emocional y ocupamos el sexto lugar en América Latina en homicidios de menores. 
Por su parte, la OCDE nos coloca en el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 14 años. Frente a estas cifras, es importante considerar que sólo una pequeña proporción de los actos de violencia contra los niños, niñas y adolescentes es denunciada e investigada, y pocos autores son procesados. Además no contamos con instituciones responsables de registrar e investigar a fondo las denuncias de violencia contra niños y adolescentes, ni con procedimientos claros para atenderlos de manera que la familia no sufra desintegración.


El maltrato de padres a hijos suele abordarse como si fuera un problema privado que no tiene consecuencias en el entorno público. La simple intención de cuestionar a alguien sobre los mecanismos de corrección de conducta que aplica con sus hijos puede resultar invasiva y no sólo incómoda para quien considera legítimos los golpes. Las respuestas defensivas denotan la intolerancia para dialogar sobre otras alternativas que no supongan agresión. 
Alberto evadió el tema cuando le comenté que si Sebastián se porta violento en la escuela y con los compañeros no tendrá forma de explicarle que no es a golpes como se solucionan los problemas. Lo que argumenta es que no hay correlación demostrada entre la educación con nalgadas y el comportamiento agresivo entre menores. 

No debemos perder de vista que La Organización Mundial de la Salud OMS, en el informe para prevención de la violencia que publica en 2012, asegura que aquellos niños que sufren violencia en su infancia son más proclives a ser violentos como adultos. Por ello, es indispensable asumir que sí hay implicaciones sociales que rebasan las puertas de un hogar cuando se trata de recurrir a los golpes como sistema correctivo. La consecuencias psicológicas que se producen por recibir maltrato no suelen darse como resultado de un solo acto, sino que se generan tras una frecuencia de episodios que afectan varios ámbitos del desarrollo de los menores: cognitivo, lingüístico, afectivo, social, y además tienen consecuencias sobre otras acciones evolutivas como el apego, la autonomía, la comunicación, entre otras.

En México existen leyes locales que consideran el maltrato infantil como delito e incluso la Constitución establece el derecho de los menores a una vida sin violencia. Lo que sucede es que esto no se traduce en un cambio cultural que modifique la naturalidad con la que muchos padres hacen uso de los golpes. 
Frente a los cotidianos eventos de violencia como producto del crimen organizado (en donde participan menores como agresores), ante el apabullante incremento de suicidios en secundaria por bullying (1 de cada 6 jóvenes que ha sido víctima se suicida), urgen en México estrategias legales y políticas públicas que reduzcan el uso de la agresión en casa y concienticen a los padres de los efectos que sus nalgadas desesperadas pueden acarrear en la autoestima de sus hijos.

Texto Original por: Zoila Barragán, Educadora Perinatal.

Tips para la llegada de un hermanito

FRASES QUE NO DEBES UTILIZAR CON TU HIJO MAYOR:

  • "Tienes que cuidarlo"
  • "Tienes que quererlo"
  • "Tienes que ser bueno con el nene"
  • "Tienes que proteger al nuevo bebé"
  • "Tienes que preocuparte por tu hermanito"
  • "Tienes que cuidarlo"
  • "Tienes que compartir todas tus cosas con tu hermanito"

COSAS QUE SI PUEDES HACER:

  • Al nacer el bebé, déjalo a cargo de papá y dedica más tiempo a tu hijo mayor, cárgalo, come con él, jueguen como lo hacían antes.
  • Escucha lo que desea decirte, sobre él o su hermano, y toma en serio sus inquietudes
  • Mantenlo ocupado mientras cargas al bebé
  • Involúcralo, en la medida de lo posible, en las actividades que realices con el bebé. (Traer el pañal, ayudar a la hora de tomar el baño, etc)
  • Dile constantemente cuánto lo amas, abrázalo, bésalo y cuéntale a detalle la historia del día que nació.
¿Por qué? 
Porque se responsabiliza al niño mayor a tomar un rol que no le corresponde. Si bien es cierto que cuando nace un bebé debemos enfocarnos, descansar y brindarle nuestra atención al puerperio como al recién nacido, no debemos olvidarnos de que existe otro ser que también depende emocionalmente de los cuidados y atenciones de su madre. Como siempre, el consejo es darle su tiempo para asimilar la llegada del nuevo integrante. Respetar su ritmo de adaptación, mimarlo y amarlo más. Tomemos un tiempo mientras el recién nacido duerme para pasar un momento a solas con el hijo mayor, que sienta que aún existe esa intimidad con su mamá y no se sienta desplazado.