Cuando somos padres a favor de la crianza respetuosa y con apego, nos resulta emocionante y gratificante ver como nuestros hijos van desarrollándose a su propio ritmo, sin presiones, ni represiones; y ese beso o ese abrazo que nos dan inesperadamente, agradecidos de darles su espacio y su tiempo en cada etapa, es la fuerza y el motor para seguir andando en este hermoso camino.
El entorno nos hace dudar muchas veces, frases como: "lo estas malcriando", "te esta manipulando", "debes poner mano dura", "una palmada para que se comporte es lo que le hace falta".
Quiero dejar claro que criar con apego y respeto no quiere decir que nuestros hijos se estén malcriando, ¿Quien puede malcriarse si todo lo que recibe es amor? Al contrario, esa cachetada, ese pellizco, etc, solo hace que nuestros hijos nos tengan miedo, los hace obedientes y sumisos por miedo al castigo o al golpe. ¿De verdad queremos que nuestros hijos afronten la vida de este modo?
La crianza respetuosa se basa en eso, el respeto mutuo. Se ponen limites, ¡claro! pero limites necesarios. Muchas veces decimos NO para dejarle al niño claro quien es el que manda, pero nosotros los padres NO mandamos, LOS PADRES GUIAMOS. Dejemos que descubran su entorno y su mundo, neguemos cosas necesarias, cuando atenten contra su seguridad o afecten a terceras personas estamos tan acostumbrados a negarles todo por el miedo de decir demasiadas veces que SI. Debemos recordar que por medio de nosotros fomenta su seguridad y confianza, entonces brindemos la oportunidad.
No titubeemos al andar en este camino. Si , quizá toma mas "trabajo", quizá debemos prestar mas atención o significa mas desvelo, pero todo vale la pena. Intimidar, gritar, pegar y ofender a un niño es mas alarmante que hacerlo con un adulto, entonces ¿Por qué con los adultos si nos detenemos a dialogar? Tomemos consciencia y hagamos niños pensantes, respetuosos y capaces de cuestionar, incluso a nosotros sus padres; no los reprimamos mediante el miedo. Dejemoslos ser niños!!
