28/2/14

Independencia y Apego

Cuando se habla de la crianza con apego muchas veces se juzga y se desaprueba a las madres que lo practican. Todo esto por la falta de información y por la cultura que cada día más promueve el desapego humano como si fuera lo que el mundo necesita para ser mejor. 
Comencemos diciendo que la figura de apego es quién responde a las necesidades físicas y emocionales del bebé. Entonces se crea un vinculo afectivo fuerte, donde la seguridad recae en la persona responsable del apego, que normalmente suele ser la madre. El bebé "mide" su territorio mediante esta figura que lo sostiene, que lo cuida, que lo atiende, que lo ama. 

Pero entonces, ¿Cómo puede un niño criado con apego ser Independiente? Fácil. Primero necesita ser dependiente para lograr la independencia. Peggy O´Mara dice "Es la naturaleza del niño ser dependiente. Lamentar la dependencia porque no es independencia es como lamentar el invierno porque todavía no es primavera. La dependencia florece y se convierte en independencia. A su propio tiempo." 
El bebé tiene un lenguaje casi nulo hasta cerca de los 3 años, su única forma de sobrevivir en este nuevo mundo es el llanto, es esa dependencia donde solo así puede satisfacer sus necesidades, mediante nosotros, sus padres. ¿Por qué pensar que debe ser independiente cuando todavía no puede?

Bueno pues es así, respetamos sus necesidades sin presionar. Cuando un niño es contenido en el regazo de su madre crea seguridad y confianza. Cuando se atienden sus necesidades el niño queda satisfecho y poco a poco va "necesitando menos" a su mamá. Entonces es cuando llega la independencia; pero una independencia segura, fuerte, amorosa. No una en la cual se ha forzado a separarse, a reprimir sentimientos, miedos, inseguridades; todo porque nos apresuramos a que los niños vivan sus etapas.
¿Por qué nos urge que crezcan? 
Mirémonos un poco a nosotros mismos, a ese niño que fuimos un día. A nuestros fantasmas pasados  en la oscuridad de nuestro cuarto, cuando fuimos nuestra única compañía (incluso cuando hubo quién pudo acompañarnos), cuando nuestros padres presionados por la sociedad no nos sostuvieron en nuestras necesidades mas profundas. Porque teníamos que ser fuertes, independientes, seguros. ¿Como? ¿Obligándonos a tragarnos nuestros miedos? Mirémonos otra ves. Miremos a nuestros hijos. Abracemos, cuidemos, respetemos y amemos mas sus ritmos, sus etapas, sus sombras. Nos necesitan ahora, no mañana. Su seguridad e independencia comienza hoy.



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