Mucho se dice en relación a la crianza respetuosa, sobre todo a la hora de hablar del apego. Parece que nos da miedo seguir un instinto que es tan natural y mamífero como lo somos nosotros mismos. Escuchamos tantos consejos de las personas que nos rodean que terminamos temiendo tomar cualquier decisión, pero eso si entre mas fácil y práctica sea para nosotros los padres es mejor.
Queremos hacer el mínimo esfuerzo a la hora de criarlos y educarlos, por supuesto es mas fácil dejarlos llorar, ignorar sus "berrinches", dejarlos dormir solos para que se hagan "independientes", que vayan a la escuela y dejen los panales lo antes posible, pero, ¿Por qué nos urge tanto que crezcan rápido, que salten etapas que no han madurado aún? Queremos que nuestros niños dejen de serlo cuanto antes y que sean personas autónomas pero no entendemos que sin nosotros, sus padres, no pueden serlo. Necesitan de nuestro amor, comprensión y cuidados para que sus cerebros se desarrollen bien, para que sus necesidades de cariño sean cubiertas, para que confíen en nosotros, para que entonces si, después de completar su ciclo puedan ser independientes.
Dejemos de escuchar tanto y comencemos a sentir mas, nuestro cuerpo crea vida, crea alimento y sobre todo crea mucho amor para nuestros hijos, usemos nuestro instinto de madres y padres, de mamíferos capaces de cubrir necesidades fisiológicas y amorosas con nuestras crías. No distorsionemos lo que la vida y la naturaleza nos dio, si queremos adultos felices, exitosos y capaces, formemos niños llenos de amor y de sentimiento natural.
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