12/3/14

Nuestro niño interior se convierte en adulto

¿Que pensaría de ti el niño que fuiste del adulto que eres ahora?

Cuando nos convertimos en padres suele ser la experiencia mas maravillosa de nuestras vidas, todo parece mágico, pero conforme va pasando el tiempo y el niño va creciendo el camino parece tornarse largo. Nuestra paciencia se agota, los gritos salen disparados por la casa, el pellizco, el insulto, la nalgada se han vuelto tan cotidianos... ¿A donde se fue la magia? 

Quiero hablar en nombre de los niños, de esas voces que apenas saben lo que está pasando, que únicamente sienten dolor, abandono, humillación, coraje. Se les han cortado sus alas, su niñez, su vitalidad y alegría que solo la infancia puede dar de forma limpia y natural. Quiero hablar en nombre de los niños escondidos entre las sombras porque el maltrato mas triste es el que se da por parte de los padres, de quien nos ha dado la vida. Sí, quiero hablar en nombre de esos niños que viven dentro de nosotros los adultos. De ti y de mi. Porque solo cuando nos sanemos de esas heridas, fruto de la ignorancia, podremos llevar a nuestros hijos por el camino de la crianza respetuosa. 

Ya sea en mayor o menor medida, la mayoría de nosotros -los adultos- hemos sufrido violencia emocional o física por parte de nuestros padres. Pero el problema aquí es que creemos que no ha pasado nada, que somos adultos íntegros. Algunos hasta llegan a pensar que sin eso hoy no serían nada. Bueno, pues detengámonos a pensar un momento en cuanta gente allá afuera está ahogándose en drogas a causa de un abandono infantil, de la poca paciencia en las calles, de la prepotencia, el jefe que le gusta humillar a sus empleados, los profesores insultando a los niños. ¿De donde creemos que viene todo este maltrato?

A veces cosas tan importantes para ellos pasan desapercibidas por nosotros, como imitar su forma de hablar, burlarnos de su incapacidad para hacer o decir algo, despreciar sus limitantes de niños, y un largo etc. suelen ser situaciones donde ellos necesitan de nosotros y de nuestro apoyo y a cambio respondemos de esta forma que sinceramente es mal gusto. Pero eso sí, les enseñamos otro tipo de "modales" decir gracias y por favor, "comportarse" en la casa del amigo... estamos perdiendo de vista lo que realmente importa y lo que realmente necesitan los niños, lo que de verdad los harán personitas especiales y llenas de amor al mundo.

Intentemos cambiar las cosas, por lo menos para esos seres tan preciados que son nuestros hijos. 
Lo que los niños reciban se lo darán al mundo. A lo mejor nos cueste trabajo comenzar, pero reconocer es el primer paso. Tampoco se trata de ser perfectos sino de desprendernos de esa cadena de violencia y crear una nueva, construida desde el amor y el respeto. 

Pam Leo dijo. "Criemos a niños que no tengan que sanarse de su infancia" 




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